jueves, 18 de abril de 2013

Capítulo 22


Aegon
           
            Intentó encender la antorcha de nuevo. Nada. Volvió a apagarse. La lluvia torrencial y el viento hacían imposible que la llama prendiese. Alzó la mirada y observó como los tres sacerdotes presentes lanzaban un suspiro de amargura. Soltó una maldición en voz baja.


            Se habían reunido en la orilla del Aguasnegras para enterrar a su primo Daemon. Visenya había logrado lo imposible, convertir una derrota aplastante en una victoria rotunda. Sin embargo, no había evitado la muerte de su primo y de la tercera parte de la flota. ¡Una maldita estocada por la espalda! La muerte dada por los cobardes. Apretó los dientes. 

          Su muerte no había sido vengada y por ello los Dioses lloraban, impidiendo que el entierro trascurriese como debía ser. O eso es lo que decían los sacerdotes. ¿Qué querían que hiciese él? ¿Que masacra a los Arryn y destruyera su recién adquirida alianza? Pues no. Había cosas más importantes que las estúpidas supersticiones. Él no era realmente creyente, pero su pueblo si lo era. Así, que esta lluvia era un impedimento, y un recordatorio de que no había hecho lo que debía.

            Según las costumbres funerarias valyrias. El cuerpo del fallecido debía ser colocado en una pira funeraria hecha con troncos de árbol. Tras recitar las plegarias correspondientes su familiar más cercano, en ese caso él, debía encender la pira con la antorcha ceremonial. ¡Pero la maldita antorcha no encendía! Las lluvias habían durado dos días y había retrasado el funeral todo lo posible, pero el cielo no parecía darle una tregua y no podía estar esperando eternamente.

            Con un gruñido tiró la antorcha ceremonial al suelo. Un murmullo surgió de los presentes. Con todas sus fuerzas. Gritó  “¡Balerion!”. Un rugido les llegó desde el otro lado del campamento. Los presentes ahogaron un grito cuando el enorme dragón negro se dirigía a toda velocidad hacia el claro frente a la pira. Todos, menos sus hermanas, retrocedieron asustados al ver aterrizar al dragón. Uno de los sacerdotes, en su retroceso, pisó su capa y cayó de culo al suelo; arrastrando consigo a dos caballeros que intentaron sujetarlo. Acabaron cubiertos de barro. Visenya no pudo contener las carcajadas. La miró frunciendo el ceño. Ese no era el modo de comportarse en  un funeral. Aunque se le escapó una sonrisa al observar como estaba doblada por la cintura intentando controlar las risas. Rhaenys mantenía la cabeza baja. Volvió a adaptar una expresión adusta cuando el sacerdote “embarrado” se acercó a él.

-   Mi rey – dijo en voz baja – esta no es la forma de proceder. Así no...
-   La lluvia no nos dejará hacerlo de la forma tradicional, sacerdote Jason – le interrumpió.
-  Pero...el fuego debe ser calmado y pausado, como su viaje al más allá. Los Dioses no aprueban esto.
-  Pues que bajen y me lo digan – Le dirigió una mirada y el sacerdote retrocedió a su sitio.

            Sacó su espada, y dirigiéndola hacia la pira, dijo “Dracarys”. Balerion escupió su fuego abrasador, convirtiendo a su primo y a la pira en una enorme bola de fuego.



        Una vez que el fuego se extinguió y Daemon fue reducido a cenizas volvieron al centro del campamento. Había ordenado que dispusieran de unas mesas para que sus hombres pudiesen celebrar por el alma de su primo, pero tal y como estaba el tiempo, los soldados se limitaron a recoger algo de comida y bebida para degustarlas en sus tiendas. Sólo Visenya lo acompañó a su tienda. ¿Dónde estaba Rhaenys? Miró alrededor pero no la vio. Sacudió la cabeza. No quería pensar en ella. Ella había decidido hacerle el vacío. Contadas eras las palabras que había cruzado con ella en aquella semana. Bueno, pues si eso es lo que quería, que así fuese. Estaba cansado de arrastrase pidiendo su perdón.

            Su hermana se sentó junto a él y comenzaron a comer en silencio. Miró a Visenya por el rabillo del ojo. Qué distintas eran, pese a ser hermanas. Amaba a Rhaenys, pero sería tan fácil estar con Visenya... Ella no se mostraba celosa, ni intentaba cambiarlo. Además había demostrado con creces que era muy capaz de liderar a un ejército y tomar la iniciativa por su cuenta. En ese momento el sacerdote Jason pasó por delante. Con un pañuelo intentaba quitarse el barro. Visenya comenzó a reírse de nuevo y él, en esta ocasión rió con ella. Se sentía culpable, debería estar llorando la muerte de Daemon, pero la risa de Visenya era contagiosa. Ella le agarró el brazo y continuó riendo apoyada en su hombro. La miró de nuevo... “Sería tan fácil”- pensó.



16 comentarios:

  1. Mola ^.^ aunque tengo la sensación de que Rhaenys no lo va a pasar muy bien...

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    1. Muchas gracias por comentar ^^. Vienen tiempos duros para Visenya...

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  2. Este Aegon que fácil lo quiere todo, con tener a una mujer al lado que no le de preocupaciones ya se contenta, jajaja.

    Me han encantado ese guiños que has puesto pensando en Athena y una servidora e.e

    Y por supuesto me alegra que hayas vuelto a escribir ^^ Espero que la inspiración sea duradera.

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    1. Gracias por pasarte. Aegon no busca complicaciones...pero acaba metido en problemas siempre jajaja

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  3. Que mala la Visenia estoy segura que rahenys perdonara y volvera con su amado soy mayte

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  4. Aegon, el primer fruncidor de ceño, jaja. Como ha dicho Elora, gracias por esos guiños. Y por un nuevo capítulo. A por el siguiente :)

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    1. Gracias por comentar. Tenía que rendir homenaje a esas grandes frases xD

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  5. Me ha gustado mucho mucho, incluyendo vuestro "frunció el ceño".
    Que pena que tenga que perder Rahenys, pero así es el amor.

    Felicidades. Gracias.

    Cristina.

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    1. ¡¡Muchas gracias!! Aún tienen que pasar muchas cosas ^^

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  6. Lo de "fruncir el ceño" es ya todo un clásico, jajaja :P Pobrecita Rhaenys, y vaya con Aegon que quiere todo lo más fácil del mundo, aunque bien debería saber él que con dos esposas tan distintas enfrentadas, no le espera nada bueno xD

    Muy buen capítulo Kahlan, sigue así! ;)

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    1. Gracias por comentar Vin. ^^ Me alegro de que te haya gustado.

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  7. Ah que pena lo de su primo, pues a estas alturas creo que es más compatible Visenya y Aegon, parece que Rhaenys está delegada a segundo lugar al menos por ahora. Me gustó al parte de como encienden la pira. Besotes Kahlan. ^^

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    1. Gracias por comentar ^^.
      Estuve pensando bastante tiempo en como hacer el entierro, y creo que esta forma encajaría bastante bien con las costumbres valyrias.

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  8. jjejej, muy bueno lo de recurrir al dragón para encender la pira. La escena del monje cayendose una pincelada de humor muy acertada. Genial como siempre.besos

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    1. ¡Muchísimas gracias! Me alegro de que te haya gustado ese toque de humor.

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