Visenya
Salieron
de Bastión de Tormentas a la mañana siguiente de la llegada de Aegon. Rhaenys
también los acompañó, aunque por su cara se notaba que querría estar en
cualquier otro lado. En cuanto a ella, estaba encantada de salir de Bastión, y
dejar atrás a Orys. Aegon había decidido que en esta ocasión Orys no comandaría
a su ejército, sino que se quedaría en Bastión de Tormentas. Aegon aún no se
fiaba totalmente de los vasallos de Las Tierras de la Tormenta, y sin duda, de
esta forma se aseguraba que no habría ningún atisbo de traición por su parte.
Sin embargo, si se había llevado la mayor parte del ejército de Orys. Junto con
los hombres traídos del Norte, formaban una gran fuerza a tener en cuenta,
aunque sus informes sobre el ejército Lannister-Gardener eran preocupantes.
Eran muchos más que ellos. Pero a ella no le importaba. Tenía ganas de entrar
en acción. Esas semanas en Bastión se le habían hecho eternas. Sin nada más que
hacer que contemplar al estúpido de Orys con esa insípida. Aún no entendía como
había podido preferirla antes que a ella. Algún día se lo haría pagar. Nadie la
rechazaba.