Aegon
No estaba en la isla, de eso
estaba seguro, un dragón no podía ocultarse tan fácil en aquel pedrusco.
¡Maldita sea Visenya y su maldito vino! ¿Cómo podía ser tan degenerado?
Acostarse con una hermana mientras prometía amor eterno a la otra. Había
recorrido la isla durante toda esa mañana, incluso se había aventurado a
sobrevolar el este de Poniente, arriesgándose a romper el tratado. Pero nada,
era como buscar una aguja en un pajar, solo esperaba, que ella no hubiese
cruzado el Mar Angosto.
Había sido un día de pesadilla, la búsqueda
durante todo el día había sido inútil. Acostado en su cama, no podía dejar de
dar vueltas, incapaz de dormir. Esa fue la primera noche que tuvo su sueño, o
mejor dicho su pesadilla: solo veía un campo de fuego…todo ardiendo a su
alrededor, hombres y caballos gritaban a la par. Era un campo de batalla, no
atisbaba a ver los estandartes, pero sí podía oler la carne quemada y los
gritos, los gritos que le encogían el pecho.
Despertó
sobresaltado y sudoroso, y se levantó fatigado, tambaleándose, llegó hasta el
balcón. Dejó que la brisa le aclarase las ideas. ¿Acaso no tenía bastante con
la realidad que también tenían que ser un horror sus sueños?
Se
revolvió el pelo y miró al cielo. ¿Dónde estaría Rhaenys? ¿Cómo podía haberlo
estropeado todo? Tenía la felicidad al alcance de su mano, y la había dejado
escurrir entre sus dedos…
No
recordaba nada de sucedido aquella noche, lo último que recordaba era a Visenya
haciendo las paces con él, y lo próximo que vio, fue un mechón de su cabello
plateado tapándole un ojo. Recordó como salió atropelladamente de la cama,
trastabillando con la sábana y cayendo de bruces sobre la alfombra. ¿Qué
diablos estaba haciendo Visenya en su cama? Ella se despertó debido al ruido
que había hecho y se limitó a mirarlo y decir “No pongas esa cara, anoche no
tuviste ningún problema. No creas que soy una vulgar prostituta. Deberás
casarte conmigo o el nombre de nuestra familia quedará manchado para siempre”. En
ese momento, su mayordomo llegó a traerle la jofaina de agua de todas las
mañanas y se quedó petrificado en la entrada, con los ojos como platos y la
cara roja como un tomate. ¿Quién había dejado la puerta abierta? Visenya cogió
apresuradamente la sábana y envolviéndose en ella salió de la habitación. Se oyeron
gritos de exclamación en las escaleras. Debían de haberla visto las mujeres de
la limpieza. ¡A la mierda la discreción! Bastarían quince minutos para que lo
supiera todo el castillo.
Le
cerró la puerta en las narices a su mayordomo y se vistió. Debía ver
inmediatamente a Rhaenys, mejor que se lo dijera él a que se enterara por
cuchicheos. Había sido un estúpido, ese había sido el plan de Visenya desde el
principio, emborracharlo, acostarse con él y conseguir que tuviera que casarse
con ella para conservar su honor. ¡¿Cómo podía haber cedido?! ¡Dios mío! ¡Era
un gañán! Eso es lo que era. No encontró a Rhaenys en su habitación.
Suspiró
y se acostó de nuevo. Había ordenado a los vigías, que le avisaran de inmediato
si veían al dragón surcar el cielo. Dentro de dos tardes tenía la boda.
La
mañana lo cogió aún despierto, se estaba vistiendo cuando llamaron a la puerta
apresuradamente.
- Adelante – dijo ciñéndose la capa carmesí.
- Mi señor – dijo un guardia desde el umbral – Acabamos de
divisar a Meraxes, se dirige hacia los nidos.
Salió
corriendo, empujando al guardia a su paso. Bajó la torre con una exhalación,
corrió el pasillo que llevaba a la cocina y salió por la puerta trasera,
acortando el camino. ¡Veía a Meraxes! Siguió corriendo, subiendo la escalinata
de los nidos. Entro en la caverna derecha, Meraxes ya estaba encadenado y
Rhaenys le acariciaba la cabeza.
- Rhaenys – dijo resollando y sujetándose el costado con la
mano – Rhaenys…yo… - titubeó ¡Qué demonios iba a decirle! Había estado tan
concentrado en encontrarla, que no se había detenido a pensar en este momento.
- Solo he venido a recoger mis cosas – dijo ella sin mirarle.
Tenía la voz tomada.
- Espera…por favor no te vayas – dio un par de pasos hacia
ella.
- ¡Eres un patán! – gritó. Salvando las distancia hasta él y
abofeteándolo con todas sus fuerzas – Crees que soy una niñita estúpida… ¿es
eso no?
- Yo…no…Visenya, ella fue la que… - dijo.
- ¡Claro! ¡Claro! Ella tiene la culpa. ¡Hacen falta dos para
hacer el amor! – Nunca la había visto tan enfadada en toda su vida. En ese
momento era la viva imagen de Visenya. Volvió a abofetearlo.
No
iba a aguantarlo más, ¡¿quien se creían que era él?! Él era el heredero de la
sangre del dragón y ya estaba harto de que lo avasallasen.
- Se acabó – dijo agarrándole la muñeca con fuerza – Vas a
venir conmigo y vamos a aclarar los tres juntos este asunto de una vez. Ella
pataleó con fuerza, pero se la echó al hombro como un saco de patatas.
Llegaron
a la habitación de Visenya y entraron sin llamar. Ella estaba sentada en su
mesa leyendo.
- ¿Qué significa esto? – dijo levantándose y entornando los ojos
al ver su mercancía. Soltó a Rhaenys. Ella, se colocó el vestido y cruzó los
brazos al pecho.
- ¡Estoy harto de vosotras dos! – dijo enfadado – Mañana os
quiero ver a las dos en el altar – Lo había decidido. No iba a permitir que
Rhaenys se marchara y tampoco que se pusiese en entredicho su linaje.
- ¡¿QUÉ?! – chillaron las dos a la vez. Visenya se adelantó y
le dio una patada en la espinilla. No lo soportó más. Le dio un
revés tan fuerte que hizo que cayera al suelo. Rhaenys soltó un gritito espantada,
colocándose las manos en la boca.
- ¡ HABÉIS DESPERTADO AL DRAGÓN! ¡ HABÉIS DESPERTADO AL DRAGÓN! ¡OS
QUIERO VER MAÑANA ALLÍ O JURO QUE OS ARRANCARÉ
LA PIEL A TIRAS! – tomó aire. Abrió la puerta y gritó a sus guardias. Estos
llegaron corriendo.
- ¡Tú! – dijo dirigiéndose a uno – Lleva a Rhaenys a su
habitación y retenla allí, como logre escapar te asaré vivo – El soldado
obedeció, y apuntando a Rhaenys con la lanza la sacó de la habitación - ¡Tú! –
dijo al otro soldado, encárgate de que nadie salga ni entre por esta puerta.
Salió
de la estancia, cerrando con un portazo. Una vez abajo, ordenó a varios
guardias de confianza que se colocaran en los accesos de los pasadizos secretos
de ambas torres. No creía que ellas supiesen que existían, pero por si acaso.
La
sangre le hervía y las manos le sudaban. Y sentía ganas de gritar…. Esa noche
tuvo el sueño de nuevo…
Muy bueno el capítulo soy Mayte besos guapa
ResponderEliminargracias wapa ;)
EliminarGuau, menuda reacción la de Aegon!! Ya había leído acerca del linaje de los Targaryen y sabía que al final iba a casarse con las dos, pero aún así el modo que has tenido de plantearnos la historia me encanta, pues no conocemos prácticamente nada de los primeros Targaryen :)
ResponderEliminarMuchas gracias por este nuevo capítulo Kahlan! ^_^ Como siempre muy interesante y ahora a esperar a por el siguiente!! ;)
gracias Vintage :) precisamente por eso quise escribir este fanfic, es una historia sobre la que apenas se sabe nada y me atraía mucho :) jeje :) Me alegro de que te vaya gustando :)
EliminarEl dragón ha despertado jeje
Por cierto, es una pregunta un poco estúpida, pero tengo interés... ¿Por qué siempre dicen lo de "vas a despertar al dragón"? Es una frase que Viserys le repite muchísimo a Daenerys y entiendo perfectamente que con ello se refiere a "no me hagas enfadar", pero tengo curiosidad por saber si G.R.R. Martin usó esta frase con otra finalidad... O sea, ¿se explica alguna vez en los libros cuál es el origen de esta expresión?
EliminarSimplemente es curiosidad, porque de lo que me he leído hasta ahora de los libros, no se explica nada del porqué se dice y por qué Daenerys teme tanto a su hermano cada vez que lo pronuncia :P jajaja
Besos!!
Básicamente, los Targaryen creían que tenían sangre de dragón e incluso algunos pensaban que podían transformarse en ellos, así que en mi opinión, es una expresión Targaryen que se ha mantenido, para dar a entender que no lo saques de sus casillas, porque no sabes lo que puede haber en su interior.
EliminarIncluso un antepasado de Viserys (no recuerdo su nombre) se mató porque el muy estúpido pensó que tragandose fuego valyrio se transformaría en dragón :)
pero ya se sabe ...los Targaryen y sus locuras xD
Eliminar"La locura y la grandeza son dos caras de la misma moneda y cada vez que un Targaryen nace los dioses lanzan una moneda al aire y el mundo aguanta la respiración para ver de que lado caerá"
Gracias guapa por la explicación! :D Ya era entonces lo que me suponía... Hasta ahora yo siempre he pensado que lo dicen mucho precisamente por lo que comentas de que creían tener sangre de dragón y que podían transformarse en ellos si se enfadaban (un poco al estilo de Hulk xD), pero tenía curiosidad por saber si en los libros se daba alguna explicación más adelante del origen de esta expresión :) Por cierto, me gusta mucho también que hablaras de Meraxes en el fan-fic, recuerdo perfectamente cuando Viserys lo mencionó ^_^
EliminarUn fuerte abrazo!! ;)
De nada :) no se si lo llegan a decir expresamente, pero es básicamente eso :)
EliminarLos dragones son importantes, así que hay que nombrarlos :) Nos vemos :)
¡Ya despertó el Dragón, jajajaja! :)
ResponderEliminarsi jajaj :) Gracias por comentar :)
EliminarMaria, es maravilloso ver lo bien que escribes, como con los datos que se tienen van añadiendo de su cosecha. queda genial. No me extraña que hayan despertado al dragón, pobre Aegon, vaya hermana que tiene. Me encanta Maria. :)
ResponderEliminargracias wapa ;) me alegro que os vaya gustando :) A Aegon lo tenían hasta las narices ya xD
EliminarO_o Así me he quedado más o menos
ResponderEliminarjaja ^^ Le han tocado las narices al dragón y esto es lo que pasa jaja
Eliminar¡Ese es mi Targaryen! ^-^
ResponderEliminarjeje ¡El dragón está despertando! jeje
EliminarOh my God! Los dragones no se frenan jajaja, me encanta la reacción de Aegon y el giro de los acontecimientos. Sigo ;)
ResponderEliminarCristina.
jeje Fire and Blood!! jejeje
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